Julio Gálvez Barraza ata nuevos cabos entre las letras de
Chile y España. David Hevia. Revista Alerce N° 95, julio de 2022. Sociedad
de Escritores de Chile.
Incansable investigador, el ensayista Julio Gálvez Barraza
acaba de reunir en un volumen quince capítulos cuyos protagonistas, conectados
entre sí por una intensa secuencia de hechos, ofrecen al lector una forma
distinta de aproximarse a las letras nacionales e hispanas desde una
perspectiva que reúne en un plano la arista personal y el proceso histórico.
Otoño en Peñaflor y otros relatos comienza reconstruyendo el frustrado plan
de rapto que tramaron Pablo Neruda y Laura Arrué (juntos en la fotografía
superior) en esa localidad ―hasta donde él llegaba en carros de sangre― y que
contó con el respaldo logístico de Eduardo Barrios. Aunque Veinte poemas de
amor y una canción desesperada alude tanto a ella como a Albertina Azócar,
el libro de Gálvez rescata otros versos que el poeta dedicó a la joven
profesora tras naufragar la idea de irse a vivir juntos. Fechado el 22 de abril
de 1925, el texto, que ella siempre conservó, alterna decasílabos y eneasílabos:
“Tan pequeña la niña taimada /es un ramo de frutas de otoño / el viento la
dobla en mis brazos / juguete de tersos metales / a sus ojos emigran los
pájaros / el país desolado de mi alma / la tiene como una bandera”.
Los siguientes capítulos enlazan a Neruda con Federico
García Lorca en Argentina para reivindicar al gran periodista Natalio Botana y
su aporte a la causa republicana y el refugio a los perseguidos tras la Guerra
Civil en España. En efecto, la emblemática travesía del Winnipeg hasta Chile
cruza todo el volumen, bajo un telón de fondo que ilustra decisiones de alta
ternura que reúnen una y otra vez a Neruda, Rafael Alberti y María Teresa León,
al tiempo que dan cuenta de las gestiones realizadas por el poeta chileno en
favor de su amigo Miguel Hernández, en complicidad con Juvencio Valle, quien
estuvo casi tres meses preso en la cárcel franquista por llevar en el bolsillo
una carta de su querido compañero y futuro Premio Nobel, que allí le detallaba
instrucciones en el marco de las diligencias que ambos realizaban para liberar
al hombre de Orihuela. De cualquier modo, la justificada presencia del responsable
de El hijo del guardabosque en la investigación incluye otro hallazgo
digno de destacar. Sabido es que Laura Arrué se casó más tarde con el sonetista
y entrañable amigo de Neruda Homero Arce, y que algo muy parecido ocurrió con
otro amor del autor de Crepusculario, Olga Burgos, quien contrajo
matrimonio con otro camarada del vate: Yolando Pino. Sin embargo, en el
contexto de su documentación, Gálvez encontró, en el número 10 de la revista
Boceto, del 12 de octubre de 1934, los versos que a ella escribiera el mismísimo
Juvencio Valle, bajo el título de Soneto de suavidad:
Olguita Burgos, seda,
suavidad milagrosa,
musgo del alma, greda
donde el agua se goza.
Rumor de fronda leda
que esparce rumorosa
canciones de arboleda,
palabra de las hojas.
Olguita Burgos Avaria,
rosal y mariposa,
gloriosa pasionaria
que mis sueños deshojan,
cómo me es necesaria
tu luz maravillosa.
El libro dedica un episodio a la generosa actitud del canciller
radical Abraham Ortega, quien presentó su renuncia al cargo ante Pedro Aguirre
Cerda, para revertir la decisión del presidente de ceder a las presiones de la derecha
que buscaban impedir el asilo en Chile a los refugiados españoles. Asimismo, la
obra profundiza en los múltiples malabares a los que echó mano Neruda con tal
de llegar al país con los más de dos mil perseguidos. Tras el Winnipeg, aparece
el Formosa, desde el que desembarcaron los hermanos de Antonio Machado, José y
Joaquín, pintor y periodista, respectivamente, quienes vivieron su exilio precisamente
en Peñaflor. De su vida y reflexiones da cuenta también el texto de Julio
Gálvez Barraza, quien da en estas páginas una lección sobre cómo dar una
armazón atractiva a una investigación seria y bien documentada.