Rolando Rojo.
Uno pronuncia Puerto Montt y de inmediato se le viene a la mente la popular canción de los Iracundos, aunque hayan pasado ya varias décadas de su estreno.
Invitado por la Agrupación Cultural “La Negra”, asistí al Segundo Encuentro de Escritores de Puerto Montt, “Caminando El Sur”, realizado entre el 31 de mayo al 4 de junio del 2011.
El grupo de escritores convocados lo integraba: José Miguel Varas, premio Nacional de Literatura (2006); Jorge Montealegre; Nelson Navarro, Cynthia Rimsky, Boris Quercia, Jorge Velásquez, Pablo Azócar, Paulo Huirimilla, Yuri Soria, Cristián Vila, Iván Quezada, Marcelo Paredes, Julio Gálvez, Gregory Cohen, Rayen Kvyeh, Camilo Brodsky y Camilo Castaldi.
Cinco días recorriendo un sur que -como dicen los escritores locales-: “nuestro sur, verde, húmedo, con olor a neblina y pan amasado, acá nos calentamos con estufa a leña y mateamos contemplando las gotas de lluvia en la ventana. En este territorio han surgido grandes escritores: Diamela Eltit, Francisco Coloane, Jorge Teiller, Edesio Alvarado” Agreguemos nosotros a René Arcos Levi (1964-2011) muerto en el pasado mes de mayo.
El Programa contemplaba diálogos literarios, visitas pedagógicas guiadas en liceos y escuelas municipales; tertulias literarias y mesas temáticas en la Universidad de Los Lagos.
Tuve la oportunidad de visitar el grupo escolar de Puerto Varas en compañía del poeta Paulo Huirimilla, nacido en Calbuco y destacado como una de las voces poéticas más potentes de la poesía mapuche. Paulo impresionó al auditorio presentándose y recitando en su idioma, contando anécdotas de su niñez, de los juegos mapuches, de su formación como lector y como escritor.
Mi segunda visita fue a los Muermos, a la Escuela Básica “Los Ulmos” en compañía del escritor y ensayista Julio Gálvez, autor de uno de los ensayos más completos sobre el Winnipeg, el barco que contrató Neruda para traer a los exiliados españoles a Chile. Julio es también un profundo conocedor de la vida y obra de nuestro premio Nobel. Ha sido galardonado en varios certámenes literarios. Los pequeños alumnos de la escuelita de Los Ulmos no olvidarán la clase que les dio Gálvez sobre Neruda.
Mi tercera y última visita la realicé junto a José Miguel Varas al Liceo Politécnico Mirasol. Por primera vez los alumnos estaban frente a un Premio Nacional de Literatura. Eso desató el entusiasmo estudiantil. Entrevistaron, fotografiaron y charlaron con el escritor que, con su típico humor, sencillez y paciencia respondió todas y cada una de las inquietudes de los estudiantes. En esta visita recibí una grata sorpresa: una alumna de primero medio, había leído mi novela “La Muerte de la Condesa Prokofich” y recordaba sus personajes y su trama. ¡Por fin, aparte de mi mamá, encontraba un lector de mi obra!
El encuentro de este Caminar el Sur “verde, húmedo, con olor a neblina y pan amasado” con mate junto a la ventana mirando caer la lluvia, terminó como debía ser: con curanto a la olla y las exquisiteces de ese mar inagotable.
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